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La infertilidad ya no es cuestión de género

¡Rompamos el silencio! La infertilidad no es culpa nuestra.

El peso de la maternidad sigue recayendo sobre la mujer, por muy modernos que nos declaremos.

La “culpa” es femenina, el fracaso con la llegada de cada menstruación es femenino, y la mujer debe seguir soportando la presión social del “haber esperado demasiado” o “estar demasiado estresada”.

Gran parte de la sociedad ve la infertilidad como una enfermedad propia de las mujeres. Desear tener un hijo y no tenerlo, no es una enfermedad sino que es sufrimiento, es sensación de fracaso, es pérdida de tu propia identidad, desaprender para volver a aprender.

Aprender que no es culpa tuya, a pesar de que siempre se le ha asignado a la mujer el papel de actriz principal en el drama de la infertilidad.

La culpa implica responsabilidad y voluntariedad, ya es hora de bajar el dedo acusador que no hace más que generar silencio social y aumentar el sentimiento de invisibilidad y soledad.

Un embarazo es, en la mayoría de ocasiones, cosa de dos.

Hagamos una reflexión: ¿por qué cuando no hay problemas para el embarazo se aplaude al espermatozoide campeón, que logra una maratoniana hazaña, y cuando aparecen dificultades se habla de un ambiente hostil?

Las mujeres no tenemos esa presunción de inocencia de la que gozan los hombres y lo cierto es que el relato que nos han contado, que presenta al espermatozoide como un personaje activo, frente al rol pasivo del óvulo no es del todo cierto.

Los espermatozoides no pueden llegar por sí mismos hasta el óvulo ya que no tienen la fuerza suficiente, y son mayoritariamente impulsados por las contracciones uterinas.

A este desconocimiento se suma el miedo a poner en duda la virilidad de un hombre y su masculinidad, cuando la calidad del semen no es buena.

Y lo cierto es que hay muchos estudios que demuestran una pérdida alarmante de la calidad del semen desde hace varias décadas, consecuencia de nuestro modo de vida actual y la exposición a tóxicos y químicos.

En pleno siglo XXI, mientras planeamos una visita tripulada a Marte o esperamos que los robots realicen cirugías de alta complejidad, nos seguimos empeñando en buscar culpables y es que la infertilidad ya no es cuestión de género.


Dra. Cayetana Barbed